jueves, 24 de mayo de 2018

MÁS VACAS QUE ESTABLOS

Hay que meter 10 vacas en 9 establos, sabiendo que:
·  No podemos meter 2 vacas en un mismo establo.
·  No podemos fabricar otro establo.
·  No podemos dividir un establo por la mitad.
¿Cómo podremos hacerlo?



Si hay sellos de seis céntimos en una docena, ¿cuántos sellos de dos céntimos hay en una docena?

domingo, 13 de mayo de 2018

El Día Internacional de la Familia, que se celebra todos los años el día 15 de mayo, fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 47/237 del 20 de septiembre de 1993, con el objetivo de aumentar el grado de concienciación acerca de los temas relacionados con la familia

Lo que dijo toda la Familia

Cuentos sobre la familia

Lo que dijo toda la Familia - Hans Christian Andersen

Veamos primero lo que dijo María.
Era su cumpleaños, el día más hermoso de todos, según ella. Llevaba su mejor vestido, regalo de la abuelita, que lo había hecho con sus propias manos. La mesa de la habitación de María estaba llena de regalos: libros, juguetes y una muñeca que decía "¡Ay!" cuando se le apretaba la barriga. A María le encantaba celebrar su cumpleaños.
-¡Qué bonito es vivir!- dijo. Y el padrino añadió que la vida era el más bello cuento de hadas.
En la habitación de al lado estaban sus hermanos, dos niños de nueve y once años respectivamente. Pensaban también que la vida era muy hermosa, aunque quizá la imaginaban de forma distinta que María. Uno de los muchachos tenía una preocupación: que todo estuviera ya descubierto cuando fuera mayor; quería ir en busca de aventuras, como en los cuentos.
-La vida es el más hermoso cuento de hadas- había dicho el padrino-, y uno interviene en él personalmente.
En el piso de arriba vivía otra rama de la familia, también con hijos pero ya mayores. Uno de ellos tenía diecisiete años, el otro veinte y el tercero era muy viejo, según decía María, pues ya había cumplido los veintiocho.
El padre y la madre, los dos de edad avanzada, decían con una sonrisa en los labios, en los ojos y el corazón:
-Qué jóvenes son los jóvenes! En el mundo no todo marcha como ellos creen, pero marcha. La vida es un cuento extraño y magnífico.
Arriba, en la buhardilla, vivía el padrino. Era viejo, pero tenía el corazón joven; siempre estaba de buen humor y contaba unas historias muy bonitas y muy largas. Siempre olía allí a flores, incluso en invierno, y en la chimenea ardía un gran fuego.
Los ojos del padrino brillaban de alegría.
-A medida que uno se vuelve viejo- le decía a María-, ve mejor la felicidad y la desgracia, ve que la vida es el más hermoso cuento de hadas.
El padrino tenía razón. Y también tenían razón los demás miembros de la familia. Cada uno ve la vida desde su prisma personal, y este depende mucho de la edad. Por eso una familia es también una escuela de vida, el lugar donde pueden compararse los diferentes puntos de vista de personas de muy distintas edades. Cada etapa tiene su belleza, y -del mismo modo que la primavera es más alegre porque existe el invierno-, la juventud y la niñez destacan allí donde conviven con la plenitud de la madurez y el sosiego de los viejos.

la familia, los abuelos y los nietos

El Abuelo Y El Nieto


Había una vez un pobre muy viejo que no veía apenas, tenía el oído muy torpe y le temblaban las rodillas. Cuando estaba a la mesa, apenas podía sostener su cuchara, dejaba caer la copa en el mantel, y aún algunas veces escapar la baba.
La mujer de su hijo y su mismo hijo estaban muy disgustados con él, hasta que, por último, le dejaron en un rincón de un cuarto, donde le llevaban su escasa comida en un plato viejo de barro. El anciano lloraba con frecuencia y miraba con tristeza hacia la mesa. Un día se cayó al suelo, y se le rompió la escudilla que apenas podía sostener en sus temblorosas manos. Su nuera le llenó de improperios a los que no se atrevió a responder, y bajó la cabeza suspirando. Le compraron entonces una tarterilla de madera, en la que se le dio de comer de allí en adelante.
Algunos días después, su hijo y su nuera vieron a su niño, que tenía algunos años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de madera que había en el suelo.
- "¿Qué haces?", preguntó su padre.
- "Una tartera, contestó, para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos."
El marido y la mujer se miraron por un momento sin decirse una palabra. Después se echaron a llorar, volvieron a poner al abuelo a la mesa; y comió siempre con ellos, siendo tratado con la mayor amabilidad.
Hermanos Grimm